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  • Foto del escritorAlejandra Herrera

¿SABEMOS QUÉ ES LA PREECLAMPSIA?

Actualizado: 13 dic 2020

Seguro que en alguna ocasión toda mujer embarazada ha escuchado este nombre, bien porque ha tenido a alguien cercano que lo ha sufrido o bien porque su ginecólogo se lo ha mencionado. Y es que en la ecografía del primer trimestre del embarazo, en la actualidad, junto con el resultado del riesgo de trisomías, también se da el riesgo de sufrir preeclampsia. Pero…¿de qué se trata esta enfermedad?


Concepto y fisiopatología


Se trata de una enfermedad multisistémica ocasionada por la placenta (no el útero ni el feto). La placenta es un tejido extraño para la madre y como tal origina una respuesta inmunológica e inflamatoria. En la mayoría de embarazos esta respuesta es de baja intensidad pero cuando esa reacción inflamatoria es exagerada se descompensan los mecanismos dando lugar a la afectación de múltiples órganos. ¿Y cómo puede la placenta afectar a otros órganos? Muy fácil, a través de la circulación sanguínea.


La placenta es el órgano de intercambio entre la madre y el feto, sin ella no podríamos pasar los nutrientes y el oxígeno que el feto necesita para crecer, y el intercambio se realiza a este nivel usando de vehículo la sangre. ¿Os habéis parado alguna a vez a pensar cómo puede la placenta, órgano extraño a nuestro cuerpo, funcionar utilizando nuestra sangre? El mecanismo es complejo pero se puede resumir de la siguiente manera: durante el primer trimestre las células que darán lugar a la placenta (llamadas células trofoblásticas) invaden las arterias del útero materno y las “transforman”. Esta transformación consiste en hacer que las paredes de las arterias se hagan más finas y elásticas, de forma que las arterias se puedan dilatar, disminuyendo su resistencia y permitiendo así que aumente el flujo placentario (el cual va a necesitar ir incrementándose a lo largo del embarazo cuando el feto vaya creciendo y haciéndose cada vez más demandante). Si las arterias no sufren una “transformación” adecuada no van a poder dilatarse y por tanto el paso de sangre puede no ser suficiente llegado un punto del embarazo, de tal manera que habrá zonas de la placenta que reciban un flujo sanguíneo insuficiente (es decir que sufran hipoxia). Esto provoca que la placenta libere a la circulación sanguínea una serie de factores proinflamatorios y antiangiogénicos (en contra de los vasos sanguíneos) que van a producir una inflamación vascular sistémica (inflamación de la pared de los vasos sanguíneos de todo el cuerpo) y que va a ser la responsable de los síntomas que nos van a poner en alerta de que se está produciendo una preeclampsia.

Epidemiología


La preeclampsia afecta al 1-2% de los embarazos y el 75% de los casos son formas leves (el 90% aparecen de forma tardía, es decir, por encima de las 37 semanas de embarazo). Las formas leves son las que aparecen de forma más tardía mientras que las más graves suelen ser las que aparecen de forma temprana (sobre todo antes de la semana 32). Las gestantes que padecen preeclamsia durante el embarazo son personas más propensas a sufrir enfermedades cardiovasculares a edad más avanzada tales como hipertensión y diabetes; además también es importante resaltar que sus hijos también tendrán un riesgo aumentado de estas enfermedades en la edad adulta.


Signos clínicos y analíticos


El principal signo que debe ponernos en alerta de una posible preeclampsia es el aumento de la tensión arterial materna, pero ojo, que no todos los casos de tensión arterial alta son preeclampsia. Para hablar de preeclampsia también debe existir afectación de otros órganos como riñón, hígado o incluso del cerebro. En otras ocasiones, junto con la tensión arterial alta sólo vamos a encontramos un feto que va creciendo de forma más lenta de lo normal. Desde los primeros síntomas como la hipertensión, el crecimiento fetal retardado o la presencia de proteínas en orina; se puede evolucionar hasta una insuficiencia renal, fallo o rotura hepática, desprendimiento prematuro de placenta y edema cerebral con aparición de convulsiones y pérdida de conciencia. Algunos de los síntomas que nos deben mantener en alerta en cualquier gestante con tensión arterial elevada durante el embarazo es que presente una fuerte cefalea occipital que no responde a tratamientos orales, fuerte dolor en epigastrio de inicio súbito así como la presencia de alteraciones auditivas y/o visuales. En estos casos siempre se debe consultar a un servicio de urgencias, ya que en muchos casos pueden ser premonitorios de convulsiones (cuando aparecen convulsiones en una paciente sin antecedente de epilepsia hablamos de eclampsia, forma muy grave de preeclampsia).


¿Existen factores de riesgo?


Hay una serie de factores (algunos modificables y otros no) que pueden influir de forma negativa sobre la aparición y progresión de la preeclampsia, por lo que es interesante conocerlos. Los siguientes factores incrementan el riesgo de padecer una preeclampsia:

- Elevado IMC

- El tabaco

- Raza negra

- Antecedentes maternos de preeclampsia

- Hipertensión crónica

- Alteración en la coagulación sanguínea

- Enfermedades autoinmunes

- Enfermedad renal

- Diabetes

- Embarazo gemelar


¿Es posible predecirla?


Pues hasta hace unos pocos años sólo podíamos hablar de gestantes de “alto riesgo” de padecerla (hablamos de riesgo de preeclamsia grave, la que ocurre por debajo de la 32-34 semanas). Sin embargo, no hace mucho se han incorporado a la práctica clínica unos parámetros sanguíneos que nos permiten conocer si la inflamación de los vasos sanguíneos es desmesurada o no y por tanto predecir si la paciente va a desarrollar preeclampsia. Trataremos ambos métodos de forma separada:


· Cálculo del riesgo de preeclampsia en primer trimestre:

Se les debe realizar a todas las mujeres embarazadas junto con el cálculo del riesgo de trisomías de las 12 semanas. Para ello existen unos algoritmos que integran todos los factores de riesgo anteriormente mencionados junto con un factor medible en la ecografía del primer trimestre: el índice de pulsatilidad de las arterias uterinas. Un índice de pulsatilidad elevado nos va a indicar que la transformación necesaria para un adecuado flujo placentario no se ha llevado a cabo correctamente, y por tanto, tiene un mayor riesgo de desarrollar una preeclampsia. En los casos en los que el cálculo del riesgo sale elevado vamos a administrar aspirina a la madre (dosis entre 100 y 150 mg/día) dado que se ha demostrado que ayuda a disminuir la incidencia de preeclampsia precoz ( < 32 semanas) hasta en un 62% de los casos.


· Marcadores angiogénicos:

Consiste en una analítica de sangre donde vamos a analizar el nivel de marcadores anti y proangiogénicos que posee la gestante. De esa forma vamos a conocer si la inflamación a nivel de los vasos sanguíneos es desmesurada o no, lo cual nos va a ayudar a predecir si la gestante va a desarrollar una preeclampsia en los próximos 7 días. Ciertamente se trata de una herramienta muy útil, de hecho se trata de uno de los principales avances en esta patología en los últimos años ya que no sólo nos permite el adelantarnos al diagnóstico de preeclamspia sino que también nos da información acerca del manejo de la gestante en función de los resultados, ayudando a tomar decisiones clínicas y evitando, en muchos, casos la aparición de complicaciones maternofetales graves. Esta analítica sólo se va a pedir dentro de protocolos (entre las 24 y las 37 semanas) y no como cribado, siempre y cuando la gestante manifieste algún síntoma clínico o analítico sospechoso de preeclampsia, o en casos de hipertensión gestacional cuando se sospeche que pueda existir una evolución a preeclampsia.


Tratamiento:

El tratamiento inicial va encaminado al control de la tensión arterial con vigilancia estrecha de los parámetros sanguíneos que nos permitan sospechar si se ha desarrollado alguna afectación hepática, renal o sanguínea significativa, así como controles del bienestar fetal de forma regular. En cuanto sospechamos afectación de algún órgano, vamos a ir controlando a la madre y al bebé de forma más estrecha aún, de tal forma que será importante controlar el embarazo en un centro de tercer nivel y valorar el riesgo-beneficio de provocar el parto antes de tiempo pues si lo continuamos corremos el riesgo de que tanto la madre como el feto sufran alguna complicación importante. Dado que la enfermedad es evolutiva (como hemos explicado se conoce bien la fisiopatología y por tanto, cuáles son los pasos que van a ir ocurriendo), cuando la detectamos por encima de la semana 37 el tratamiento es finalizar el embarazo para no dejar que evolucione y dé lugar a ninguna complicación severa en la madre ni en el feto. Una vez realizado el diagnóstico es imposible frenarlo, por lo que la única opción que tenemos es hacer una vigilancia estrecha para poder detectar la aparición de complicaciones lo antes posible y finalizar el embarazo teniendo en cuenta los beneficios-riesgos potenciales de una prematuridad en caso de que el embarazo se encuentre por debajo de las 37 semanas.



Para terminar me gustaría resaltar una serie de ideas principales:

· Recordar que cualquier diagnóstico de preclamsia supone una situación de potencial gravedad que requiere de una vigilancia muy estrecha, tanto de la madre como del feto.

· Hay ciertos factores como el sobrepeso y el tabaquismo que influyen de forma muy negativa sobre la misma, por lo que debemos evitarlos.

· En caso de ser diagnosticada de preeclampsia es importante tener en cuenta dos cosas: la primera, la edad gestacional en la que aparece (pues nos va a predecir el pronóstico maternofetal), así como el grado de afectación orgánica que presenta al momento del diagnóstico.

· Es muy importante seguir siempre los controles indicados por tu ginecólogo así como llevar a cabo un buen control de la tensión arterial.

· No olvidarnos nunca de los síntomas de alarma de una preeclampsia grave: fuerte cefalea occipital que no responde a tratamientos orales, fuerte dolor en epigastrio de inicio súbito así como la presencia de alteraciones auditivas (acúfenos o tinnitus) y/o visuales (puntos negros o de luz).

· Es importante conocer la existencia de esta patología y si existen antecedentes familiares, pues como hemos mencionado se trata de un factor de riesgo para padecerla.


Y esto es todo. Espero que os haya resultado de ayuda. Para conocer más acerca de esta patología no tenéis más que escribirme en comentarios.

¡Nos vemos en el siguiente!

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